Es la frase con la que terminamos muchos entrenamientos las chicas del equipo de baloncesto de Sigüenza. Algunas llevamos ya 4 años compartiendo este gran deporte. Empezamos siendo 7 desconocidas que apenas competían y ahora somos 21 amigas de diferentes centros compitiendo cada sábado. Tantas que hemos tenido que hacer dos equipos en la misma categoría de la Liga Provincial, que cuenta con un total de 10.
Los entrenamientos constan de varias partes: calentamiento (la que menos nos gusta), juegos, ejercicios y un partido final con tres equipos: el que encesta sigue y el otro es sustituido por el equipo que descansaba. Juan Miño, nuestro entrenador, nos quiere mucho y pone mucho empeño en que aprendamos, disfrutemos y amemos este deporte, lo que hace que cada lunes, miércoles y jueves bajemos con entusiasmo y ganas de entrenar. Todas tenemos rachas buenas y malas y Juan, ante todo, nos dice que no nos agobiemos, que ya nos saldrán las cosas. La asistencia a los entrenamientos es numerosísima y todas llevamos un nivel equilibrado. Como en todo equipo, hay competitividad y a veces algunas salimos echando humo, pero nada que luego no podamos arreglar entre nosotras.
El viaje en autobús hacia el partido es lo mejor de la mañana del sábado: ponemos nuestra propia música, cantamos y hacemos el loco todas juntas; nos contamos miles de cosas y a veces hasta preparamos alguna canción para los partidos; hacemos competiciones de oreo de las que sólo nosotras sabemos entender y hacer. Otro gran momento son los gritos en el vestuario, esos que van con risas, golpes y locuras incluidas. Ahí entra el tema de la amistad. TODAS nos llevamos de maravilla y nos respetamos, aunque a veces tengamos nuestros piques. El equipo no sería lo mismo si no nos lleváramos tan bien. Muchas chicas, cuando han visto que nosotras nos lo pasábamos tan bien, no han podido resistirse a compartir con nosotras ese buen rato y se han apuntado.
Con los chicos no ha sido posible aún formar un equipo pues casi todos se apuntan a fútbol. Seguimos esperando que se apunten más para que así también represente a Sigüenza un equipo masculino de baloncesto.
La progresión del equipo ha sido inmensa, todas hemos mejorado en algo y hemos evolucionado a la hora de entrenar, competir, respetar, etc. Para nosotras este deporte es nuestra manera de desfogarnos tres o cuatro veces por semana, que no viene nada mal entre deberes y exámenes. Es también nuestra manera de decirle al cuerpo que se cuide. Y todo esto no sería posible sin Juan, nuestro entrenador, sin la colaboración entre todas nosotras, sin el esfuerzo de nuestros padres para ir a vernos y apoyarnos en cada momento y sin el ánimo de toda la gente que asiste a los partidos. Gracias a todos ellos por hacer que vivamos esta gran aventura.
Nota: A 2 de marzo, el equipo A es segundo con 8 victorias y una derrota y el B es séptimo.
Un saludo con mucha ilusión de una jugadora más:
Bárbara Bussons Urzaiz.
