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Creo que es la primera vez que escuchamos un arpa dentro de la programaciones de Bell’Arte, pues oye, un acierto total. Sin lugar a dudas es un lujo escuchar a Zoraida, tanto dar explicaciones de su instrumento, como oírla tocar, esos sonidos tan especiales, refrescantes, acuáticos. De lo escuchado fue el “Apunte bético” de Gerardo Gombau lo que más me llenó, aunque las variaciones, tanto de la “Flauta Mágica” de Mozart, como del “Capricho 24” de Paganini también me gustaron. Resultó una primera parte de inmersión en el encanto del arpa.

La segunda parte arrancó con tres partes de la suite nº1 para violonchelo de J.S. Bach con J.E. Bouché, cada día me gusta más como interpreta; recordé el día que hizo tres suites para chelo de Bach en el parador (creo que era noviembre del 2015) donde nos fascinó en el salón del trono. Tras la suite, se juntaron arpa y chelo y con un programa delicioso escuchamos a Bouché deleitándose con el acompañamiento arpegiado o rasgueado de Zoraida. Nos dejaron bobitos y babeantes con obras de Camille Saint-Saëns, M. Tournier, Schostakovich, Albéniz y G. Cassadó, todas muy del gusto del público. La ermita de S. Roque resultó también de magnífica acústica para el arpa y el chelo.

La gran ovación dio frutos y escuchamos de propina esa maravilla de música navideña popular catalana que es “El cant dels ocells” en la versión de P. Cassals para chelo con un refinado acompañamiento del arpa.

Mucha suerte la nuestra de tener a Zoraida y  José Enrique: sonido de calidad, de dominio y gran altura. Gracias a ellos y gracias a Bell’Arte.