Sajor
Homenaje a Labros en el Certamen de la Dulzaina y Tamboril

El Segontia Folk sigue superándose y este año lo podríamos resumirlo como el de los tres dobles y un sencillo, me explico, dos conciertos infantiles, dos bailes, dos conciertos de viajes, y los “Danzantes”. Los dos infantiles a cargo de Vanesa Muela y de Odaiko, los dos bailes con Miguel Afonso y con la Orquestina de la abuela Pina, y los dos de viajes con Ana Alcaide y la diáspora sefardí y Manuel Luna y sus viajes sonoros. El sencillo podemos decir que fue el ofrecido en el atrio catedralicio por los “Danzantes del Santo Niño” de Majaelrayo, con los que quedamos encantados en aquel soleado mediodía.

Odaiko

Dos conciertos infantiles en El Pósito. VANESA MUELA Concierto didáctico / ODAIKO Espectaculo infantil “Invención” — 19 y 21 de enero

En febrero de2017 Vanesa Muela y ODAIKO presentaron su maravilloso disco “Camino de vuelta” en El Pósito, este año han sido los encargados, por separado, de dos conciertos infantiles programados en El Pósito dentro del Segontia Folk, Vanesa el viernes abriendo el festival con su concierto didáctico para escolares seguntinos y ODAIKO el domingo para todos los niños y padres.

Vanesa Muela ha hecho un hueco en su apretadísima agenda para participar en este festival. Los niños de los colegios rápidamente conectaron y participaron de los bailes y cantos populares de antaño; con muy buena maña, sus grandes dotes artísticas y sus instrumentos y voz, guió a los niños mostrando todo lo que se puede hacer con cucharas, con media cáscara de una nuez (carajillo), con una sartén, un dedal y una cuchara, con un mortero, con dos conchas, con una mesa (las panaderas) y con un pandero cuadrado (adufe). Niños y profesores bailaron y cantaron, como en las “agachadillas” con Pedros y Juanes (niños y niñas), con las “carrasquillas”, o  con las conchas rascadas. Como decía Vane

sa, todo lo que creaban antes para hacer música con cualquier cosa era pura imaginación pero un instrumento a fin de cuentas, cosa que para los niños de hoy, atrapados por la electrónica, les parece un mundo jurásico, incluso para los adultos que hemos perdido la espontaneidad del canto diario en nuestras tareas, pues estas no lo permiten en general. La música que recrea para los niños tiene que seguir existiendo, es simple, original, bonita y a los niños les encanta participar con ella como a los de hace 50, 80, 100 años y más. ¡Enhorabuena Vanesa!

ODAIKO son cuatro grandes percusionistas gallegos ya conocidos y en esta ocasión han traído un espectáculo simpático de humor y música para diversión de los niños (yo diría que de los adultos también) y mostrar que con cualquier cosa se puede hacer percusión. Mucha gente llegó tarde (y eso que dieron un margen de 20 minutos de cortesía para empezar), pero el caso fue que al final estaba lleno. El rato mereció la pena, y todos hicimos lo que nos iban pidiendo para participar. Ellos, como si nada, fueron mostrando lo que se pueden hacer con los cajones, las cajas chinas, la marimba, la batería de cubos de plástico, los tubos sonoros, etc. Un montaje bien diseñado y ejecutado siempre triunfa y este fue el caso, un trabajo estupendo y de talento que nos llevó de la mano hasta la hora del baile-vermú que había a continuación en el Torreón.¡Enhorabuena ODAIKO!

Gran idea programar estos conciertos infantiles dentro del Segontia Folk.

Ana Alcaide “Luna sefardita”  19 de enero, El Pósito

Por fin llegó el día de escucharla de nuevo. La primera y única vez fue tocando en plena calle, en Toledo, hace ya unos años, me quedé quieto frente a ella escuchando ese extraño instrumento llamado nickelharpa, luego me enteré de que también se llama viola de teclas o arpa de teclas, perplejo, como todos los que estábamos de visiteo, aprecié ese sonido de forma particular como algo rico y pleno de matices, con forma de zanfona, sin serlo pues se toca con arco, con unos timbres que nunca hubiera imaginado su procedencia sueca y que fuera usado desde el siglo XIV. Ana se expresaba perfectamente, haciendo con él música de raíz ibérica. Más tarde compré el disco que publicó en el 2006 con Carlos Beceiro quien enriqueció todo su arte, a veces lo escucho en casa. Por tanto, me hizo mucha ilusión acudir al Pósito y tenerla allí de nuevo. Esta vez acompañada de un estupendo músico, Bill Cooley, con el que ha tenido hace dos meses una niñita cuya voz pudimos escuchar, en forma de lloro, mientras interpretaban su segunda pieza, una nana llamada “Durme, durme” (parece que en su casa por la mañana, ensayando, tampoco le gustó). Esto pone de manifiesto que los músicos siguen viajando como los cómicos de siempre, con la casa acuestas. El director-presentador del magnífico programa Tarataña de Radio 3, Fernando Iñiguez, encargado de nuevo de hacer las presentaciones de los eventos del Segontia Folk, nos introdujo en el mundo de Ana y su trayectoria dentro del folklore popular, en particular íbamos a escuchar algo más centrado en el tema “Luna Sefardita” del álbum “Cantiga de Fuego” de 2012, como nos indicaron, un viaje como es en sí la vida. Recorrimos un mundo inspirado en la diáspora del pueblo judeo-español (sefardí) y en particular centrado en su punto de partida que fue el Toledo de las tres culturas. La fusión de sonido de la viola de teclas con el salterio o el ud (laúd árabe) resultó extraordinario y encajó perfectamente. La voz de Ana es también algo muy particular y puede recordar a folcloristas de hace ya muchos más años, pero es personal e intransferible. Optaron por hacer uso del ordenador para emitir registros pregrabados que no me parece mal y en esta ocasión muy ajustado. Tuvo Ana el guiño hacia sus orígenes cuando estudiaba en Suecia y tocó un vals sueco con la nickelharpa y también una pieza popular noruega con un violín de allí llamado “hardingfele” o violín de Hardanger que tiene también sus peculiaridades. Muchas de las composiciones escuchadas se inspiran en las leyendas toledanas como en el caso de “El pozo amargo” y Ana las ha hecho al estilo antiguo de manera que así lo parecen.Se nos fue el rato y no obtuvimos la propina ansiada por el público, pero quedamos encantados de la música de Ana y Bill. Un acierto más de la programación.

Manuel Luna

Manuel Luna “Viajes sonoros” — 20 de enero, El Pósito

Lo presentó Fernando Iñiguez, su sucesor en la dirección del programa Tarataña de Radio 3, mencionando todas las facetas de Manuel, que son muchísimas. También este fue un concierto de viaje como el del día anterior de Ana Alcaide, esta vez de “viajes sonoros” (su último disco), de recorrido por la geografía castellano manchega y andaluza oriental, recogiendo “música de cuerda”, esa que hacen las cuadrillas por todos los lugares y que este polifacético músico las hace propias y les da su aire particular manteniendo lo que más le gusta que es el aire de seguidilla, sin olvidar el poema o el romance, las canciones infantiles (sus dos propinas) y un sinfín de sones. Su voz es muy especial y recuerda algo a la del gran Víctor Manuel en sus orígenes. El concierto hizo disfrutar al público que casi llenaba el aforo. Nos cantó de todo, pero a mí me gustó mucho “La flor del almendro” (pasacalle de navidad), “En el pie llevo una estrella” (seguidilla) y me hizo mucha gracia una “ranchera” que compuso pues, curiosamente, descubrió que por navidad en Totana (Murcia) es lo que cantan sus gentes (¡qué cosas!) y se dijo: pues voy a hacer una yo también, total que luego la adaptó un poco para encajarla en Sigüenza cantando: “Desde Sigüenza hasta Guadalajara, tu destrozaste mi pobre corazón, y desde entonces voy por la carretera, voy como alma en pena que arrastra su dolor”, con un aire de aquel famoso Coyote Dax tan de moda hace unos años, así de ecléctico es Manuel. Cuando se escucha a alguien que lleva tanto tiempo en los escenarios y en la música de raíz solo cabe respeto y admiración porque no tiene que demostrar nada y se puede permitir los guiños y fusiones que quiera con otros sones, aires o estilos. El público, muy entusiasmado, lo ovacionó, de manera que tuvo que ofrecer dos propinas. A la salida vendía discos como rosquillas de San Vicente.

Baile en el Torreón.

Dos bailes en El Torreón: Baile-vermú con Miguel Afonso TRÍO /Verbena nocturna con la ORQUESTINA DE LA ABUELA PINA —21 de enero

El Torreón se ha convertido en un estupendo espacio musical donde además, con el bar, se logra recaudar fondos para fines sociales o benéficos y complementa en el caso de los bailes. En este año, y en el mismo día, lo hemos disfrutado a mediodía y por la noche. El trío canario de Miguel Afonso es un grupo muy bien conjuntado entre el acordeón, el violín, el timple canario y el bajo, que hacen una música ideal para bailar, charlar y pasar el rato. Ofrecieron un estupendo repertorio que dio para las dos horas que duró el vermú. La gran afluencia de público no permitía en ocasiones escucharlos, sobre todo cuando intentaban contar algo, tal era la algarabía entre grandes y pequeños. Pero desde luego fue un éxito la convocatoria. La tarde se fue con la hoguera y las rosquillas de S. Vicente. Y después de cenar regresamos al Torreón, ahora ya sin niños, a la verbena nocturna. Allí estaba la maravillosa Orquestina de la abuela Pina, de la que me declaro auténtico fan pues me encanta. Este año a los hermanos Ramos de Cuellar los acompañaba un saxo/clarinetista y una tuba en lugar del bombardino del año pasado, consiguiendo un sonido muy bien afinado, limpio y claro que nos llevó durante más de tres horas de pasodoble a fox, de tango a polka, de... a lo que quieras imaginar, en un sinfín de  maravillosas antiguas melodías. El ambiente se mantuvo en todo momento simpático y marchoso hasta darnos las tantas. Agradecer a los miembros de AECC y del CD Sigüenza el estupendo y eficaz servicio de bar.

Danzas en el atrio de la Catedral. DANZANTES DEL SANTO NIÑO de Majaelrayo —20 de enero

Brillante idea de la organización el traer a los danzantes a Sigüenza pues no dudo que muchos de nosotros sabíamos de su existencia pero no los habíamos visto en directo, además en el atrio de nuestra catedral, donde lucieron como el sol que acompañó a la una de la tarde, se ve que para recibirlos y acompañarlos con esplendor. El público los rodeamos dejando los espacios suficientes (protegidos por los dos “botargas” con sus mazas) para ejecutar esa variedad de danzas arcaicasante la puerta de la Mayor. Fue media hora de “paloteos”, “cintas”, “espadas”, etc. Si vistosos y complejos son los trajes, los gorros mitrados llenos de flores les dan un aire de fiesta primaveral que asombra por su colorido y complejidad. En definitiva un acierto dentro de la programación del folclore.
Si alguien está interesado en saber más sobre ellos puede mirar en su página de internet: http://www.danzantesmajaelrayo.com/index.html

Escuela de Dulzaina de Sigüenza

XXXI Certamen de Dulzaina y Tamboril "José María Canfrán"

acompañando en todas las fiestas seguntinas, siempre están ahí, son un orgullo para nuestra ciudad y habrá que ir pensando en agasajarlos algún día como merecen, yo personalmente desde aquí lo hago: ¡Enhorabuena queridos “Dulzaineros de Sigüenza”!, sois un ejemplo a seguir de amor a la música, a la fiesta, a nuestra ciudad y a tantos pueblos. Tras escuchar al magnífico Jorge Sopeña haciendo las presentaciones, los alumnos de la Escuela Municipal de Dulzaina y Tamboril con su director y profesor Antonio Trijueque nos ofrecieron tres piezas muy bien llevadas y cerraron pidiendo que les acompañasen también los organizadores, cosa que hicieron e interpretaron todos (nada menos que 19), las famosas “Sanjuaneras”. Como muchos otros años llegó el turno para los “Dulzaineros de la Cofradía” formado por los hermanos Ramos de Cuellar y los Zamarrón de Segovia, con Juanjo Sanz y Mari Carmen Riesgo también de Cuellar, que arrancaron con una “cavatina” y dos “sinfonías” del gran músico valenciano del barroco Martin y Soler, cuyo arreglo para dulzaina no llegó a convencerme, siguiendo con un pasodoble. A continuación los organizadores quisieron homenajear al pueblo y a las gentes de Labro, del Señorío de Molina, hicieron subir a algunos vecinos de allí que se habían desplazado para recibir esa placa de recuerdo y esas amables, precisas y ciertas palabras. Uno de ellos nos regaló un recuerdo de los de hace más de 60 años y alguna curiosidad con José María Canfrán. Como no cabía esperar otra, los organizadores se arrancaron con la que siempre tocan en las fiestas de Labros, un “pollo”, que según contó el vecino, era el regalo que recibía el ganador de una carrera popular de mozos en sus fiestas tras saltar para apearlo de la pértiga de la que colgaba; una pareja subió a bailarlo. Todo un personaje para muchos seguntinos mayores, fue toparse con Juan del Val, conocido como Juanito de la Fresneda, dulzainero que por muchos años cubrió la fiesta de S. Vicente seguntina, nos recitó una poesía suya dedicada a sus andanzas por Sigüenza con todos sus personajes y rincones de la ciudad (ver página 2); nos ofreció cinco clásicas, dos pasodobles, un pasacalles y dos jotas. Los “Dulzaineros de Sigüenza” como en otras 18 ocasiones, otorgaron su insignia a alguien destacado por su dedicación a la música, a la cultura tradicional y a su ciudad, y no pudieron elegir mejor, Daniel Sopeña (el gran Dani) recibió el reconocimiento de los organizadores y todos se desearon largos años de actividad. Particularmente mis felicitaciones a Dani con quien, para mi suerte, tengo el gusto de compartir aficiones y buenos ratos. El bocado final estaba reservado al que todos los dulzaineros no dudan en describir como uno de los grandes jóvenes del instrumento, Javier Manrique el Reino, dulzainero de Riaza, hizo honor a su dinastía y nos ofreció primero tres “danzas”unidas de Hontanares, una “rueda”, el pasodoble “El búfalo” recordando a su abuelo Pedro Manrique, un “fandango” y acabó con una “jota” de Riaza. Es uno de los mejores sonidos de dulzaina que escuche en la noche. Habría sido muy bonita una despedida de todos los participantes tocando alguna pieza, la verdad que lo eché de menos.

Por último resaltar el estupendo programa de mano. Felicitaciones a “Dulzaineros de Sigüenza”, os deseo mucho ánimo y a seguir, que somos muchos los que lo apreciamos.