La ingestión de cuerpos extraños es un accidente muy frecuente entre los niños pequeños que puede poner en grave riesgo su vida. Es habitual que jugando los niños lleven objetos pequeños a la boca, que acaban tragando sin darse cuenta y sin ser conscientes del peligro que supone. Los objetos que son ingeridos con mayor frecuencia son las monedas, los imanes de los juguetes, las pilas, los botones, los huesos de pollo, las espinas de pescado, los trozos de plástico, las capsulas de detergente y las joyas (anillos, medallas, pendientes). También en los adultos se producen ingestiones accidentales de cuerpos extraños al mantener objetos sujetos en los labios como los tornillos, los clavos, los alfileres, las agujas, los palillos de madera o los botones. Algunas personas con demencia o problemas mentales también pueden ingerir cuerpos extraños ya sea de forma voluntaria o involuntaria, hecho que se debe tener en cuenta si aparecen signos o síntomas que no se relacionan con su estado previo de salud.

En el caso de los niños, por suerte, la mayoría de las veces los cuerpos extraños son eliminados sin problema por las heces. Pero no nos engañemos, siempre deberemos tener en cuenta el tamaño del individuo y del cuerpo extraño, así como el material y las características del mismo, para valorar la gravedad y el riesgo que puede suponer para el niño o el adulto. En muchas ocasiones, sobre todo en niños pequeños, la sospecha de que se haya tragado algún objeto puede surgir porque haya un testigo que lo haya presenciado, ante la ausencia de alguna pieza o juguete o porque nos lo indique el niño de alguna forma. Pero cuando no lo hemos presenciado, ni nos lo indica el niño, hay una serie de síntomas que puede hacernos sospechar que se ha producido una ingestión accidental: náuseas y arcadas para vomitar, rechazo de alimentos, dificultad para tragar o respirar, babeo y salivación excesiva, irritabilidad, dolor en el pecho, dolor abdominal, vómitos y en ocasiones hemorragia digestiva.

Cuerpos extraños en la garganta, en el esófago o el estómago. Algunos cuerpos extraños no causan síntomas cuando son ingeridos, pero en otras ocasiones el paciente puede experimentar la sensación de tener algo atascado en su garganta o en su esófago. El babeo y la dificultad para tragar son síntomas muy comunes. Cuando el cuerpo extraño está alojado en el esófago puede producir dolor detrás del esternón, dolor al tragar, regurgitación y salivación excesiva. Un objeto pequeño puede alojarse en el esófago y provocar dolor aunque no impida que se pueda seguir tragando líquidos o purés. Objetos extraños más grandes pueden obstruir de forma parcial o completa el esófago, el estómago, el intestino delgado o, en casos raros, el colon, dando lugar a retorcijones, vómitos, hinchazón, pérdida de apetito y a veces dolor tipo cólico. Si el objeto ingerido es cortante o puntiagudo puede provocar la perforación de alguna parte del tubo digestivo y provocar un fuerte dolor abdominal, fiebre y pérdida de conocimiento.

Cuerpos extraños en las vías respiratorias. Al ingerir un cuerpo extraño es posible que pueda pasar a las vías respiratorias poniendo en grave riesgo la vida del paciente. Aunque la mayoría de las veces el objeto es expulsado gracias al reflejo de la tos, algunos cuerpos extraños pueden desplazarse hacia los bronquios, quedando impactado en los pulmones y dificultando de forma alarmante la respiración.

Cuerpos extraños en los tejidos blandos. Puede ocurrir al tragar objetos cortantes o puntiagudos como espinas de pescado, alfileres y piezas de metal o cristal que se impactas en los tejidos circundantes, lo que puede provocar infección y lesiones muy graves en ellos como perforaciones y hemorragias.

Lo PRIMERO que debemos hacer:
1. Interrogar y comprobar qué se ha ingerido, su tamaño, si es puntiagudo y el material que lo compone.
2. Si el cuerpo extraño afecta a las vías respiratorias deberemos poner en marcha las maniobras sobre el atragantamiento. Recuerden que primero le animaremos a toser y toser, pero si comienza a no poder respirar correctamente le daremos cinco golpes inter-escapulares en la espalda y cinco compresiones abdominales, repitiendo tantas veces como haga falta hasta que expulse el objeto.
3. Ponerse en contacto con el Servicio Sanitario para recibir consejos sobre lo que debemos hacer.
4. Cuando el objeto ingerido no sea problemático por su tamaño y composición podemos mantener una actitud expectante hasta que sea expulsado por las heces. Puede ayudar a su expulsión con una dieta rica en fibra y residuos. En el caso de los niños, comprobaremos cada día si el cuerpo extraño es expulsado por las heces y si en una semana no lo ha hecho acudiremos de nuevo al pediatra.
5. Ante cualquier síntoma como dolor, inflamación, salivación excesiva etc., acudiremos a un centro sanitario lo antes posible, ya que es posible que deba ser localizado con Rayos X y extraído con endoscopia o intervención quirúrgica.
6. Las pilas de tipo botón por su tamaño son un peligro muy importante para los niños ya que se encuentran habitualmente en relojes, calculadoras y juguetes infantiles. Contienen mercurio, cinc, óxido de plata, litio, etc., y a veces hidróxido de sodio o de potasio. La pila ingerida puede liberar el material tóxico y corrosivo, provocando la necrosis y perforación de la mucosa de cualquier parte del tubo digestivo en tan sólo dos horas y más tarde la muerte
7. La ingestión de imanes o la combinación de la ingestión de estos con objetos metálicos requiere un tratamiento urgente dado su tendencia a complicarse con perforaciones intestinales.

Lo que NUNCA debemos hacer:
• Ofrecer líquidos o comida si no sabemos lo que se ha ingerido.
• Provocar el vómito, ya que puede ser aspirado hacia las vías respiratorias.
• Esperar a ver si se resuelve la situación por sí sola cuando han aparecido alguno de los síntomas ya referidos.
Para evitar la ingestión de cuerpos extraños lo más importante es la PREVENCION:
• No deje al alcance de los niños botones, semillas, juguetes más pequeños que su boca. Compruebe que las piezas de los juguetes no puedan desprenderse.
• No permita que los niños jueguen o vean la televisión cuando estén comiendo, ya que pueden ingerir productos sin darse cuenta o atragantarse con la propia comida.
• Debemos mantener fuera del alcance de los niños las pilas de botón y los objetos que las contienen, vigilando que las tapas de las baterías estén bien cerradas con tornillo de seguridad Comprobaremos sistemáticamente todos los juguetes antes de entregarlos a los niños.
• No permita que los niños tomen alimentos con huesos o semillas. Tampoco permita que juegue con botellas cuyo tapón puedan introducir en la boca.
• Educar a los niños para que no se metan cosas en la boca.
• Y los adultos. No sujetar con sus labios alfileres u otros objetos que puedan ser tragados o aspirados.

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