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Santamera celebró el 17 de diciembre el solsticio de invierno con la cada vez más afianzada Fiesta de San Xivín, que este año cumple su 7ª edición. En la fiesta, organizada por la Asamblea Unión de Pela en colaboración con la Asociación Campesina La Taina de Santamera, se reivindica la artesanía, los productos de alimentación local así como la música tradicional.

A la jornada, organizada por la Asamblea Unión de Pela asistió un gran número de personas de los pueblos de la Sierra,  vecinos de Sigüenza, de otros lugares de la península y de fuera de ella, que quisieron unirse para disfrutar de esta peculiar celebración.

La imagen de la cabra presidió la reunión.

San Xivín se creó hace unos años para reivindicar la alimentación local, la música tradicional y la artesanía de la zona. En esta edición la Asociación Campesina “La Taína” puso la comida, carne o plato de verduras más un suculento postre de queso, todo integrado por productos locales que pudo ser degustado al calor de una hoguera en un espacio al aire libre acondicionado al efecto.

Comida popular al calor de la lumbre.

La comida campestre estuvo presidida por una escultura de paja que representaba a una cabra de cuyas ubres manaba vino del que los presentes se pudieron abastecer.

Vista de Santamera y de la fiesta desde el domo recientemente construido.

También se distribuyó entre los presentes el recién editado número 12 de la revista literaria Punto G que edita la Asamblea Unión de Pela, con artículos y dibujos de un buen número de colaboradores de la comarca. Esta revista está financiada con la caja de resistencia de dicha asociación. Está previsto que este número de Punto G se presente próximamente en Sigüenza.

Las esculturas.

Este año a la representación dramática con un encuentro de las tribus de la montaña y del valle, en la que se reivindicaba la economía local se unió la creación de unas originales esculturas elaboradas con materiales naturales y materiales de desecho, en algunas de las cuales se aludía al carácter destructivo de las trasnacionales que envenenan la tierra con sus pesticidas y productos transgénicos.

Representación nocturna.

Al anochecer, las esculturas junto a la cabra que representaba a San Xivín que fue llevaba a hombros de los presentes a modo de procesión,  fueron quemadas como un modo exorcizar esos espíritus malignos que amenazan con envenenar la tierra.

Todos estos actos fueron acompañados de música de gaitas a cargo de un grupo de música tradicional del Pirineo de Huesca.  Al final hubo baile en el Centro Cultural de Santamera hasta altas horas de la noche.

La quema de las esculturas.